un golpeteo infinitesimal sobre mis pàrpados cerrados me apaga el sueño, sube el interruptor de mis persanas y me acarician, poco fuerte y poco suave, millones de hilos tejidos de fotones, trenzas de luz, cabellos del sol... me hacen cosquillas en la pupila y mis pàrpados se carcajean intermitentemente en contracciones impulsivas... hasta que ya esas trenzas no se sienten como cosquillas sino como el despertar de un sueño que durò una eternidad... millones y millones de nanosegundos con mi mente en otro lugar y el sol aparece como salvador de mi conciencia, al despertarme para recordarme que estoy en clase...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario