martes, 13 de abril de 2010
martes (xiii)
lapicito amarillo, lleno de mina, mi na... contame una historia que no sepa, de un trazo sobre el papel saca mil puntos... una sonrisa, un lado de la vida que no he visto, seràs amable con los sentimientos de quien te observe, no seas cruel...
es un comercial que se asoma por la punta del objeto inanimado, una sensaciòn de estorbo de mina, pedacitos que se deben quedar en el papel, hay que presionara fuerte sobre la superficie rugosa para que se asegure el gastado efectivo... si no se hace de esa forma, es preferible escribir bastante, dibujar bastante, rayar bastante, destrozar el papel a lapizazos... muere blancura o claridad, oscurècete de gris y plata, ocùltate detràs de las trazas de grafito, desaparece de mi vista!!!
què lindos trazos, què bonita historia, hermoso dibujo, lìneas indecisas pero con abstracciones perfectas, la mente trabaja de manera formidable y le ahorra al aprendìz de artista la necesidad de plasmar absolutamente los detalles de su mensaje...
¿què dibujas? ¿què planteas? tus dedos no sirven de mucho con ese làpiz amarillo, tiemblan y hacen garabatos, son matachos cuando escribes, son casi letras cuando dibujas, son sangre cuando han de ser charquitos de lluvia, son ovejas negras cuando han de ser nubes del cielo, son zancudos cuando han de ser estrellas, son sòlo polvo pegado a la hoja cuando han de ser... lo que sea
esos matachos no son lo que crees, no son lo que tu mente engaña a la vista, no son tan profundos, son superficiales...
no son nada... sòlo sentimientos sin valor arrastrados sobre una hoja blanca...
son sòlo raspaduras de grafito...
¿por què no escribes mejor con lapicero?
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